Excavación y construcción del forjado
En la construcción de una casa, la excavación y la construcción del forjado desempeñan un papel fundamental. Estos dos pasos constituyen la base de la estabilidad y longevidad del edificio. Para evitar problemas de humedad más adelante, es especialmente importante tomar medidas. A continuación se detallan los aspectos más importantes:
Planificación y preparación
Estudio del suelo:
Antes de iniciar los trabajos de excavación debe realizarse un estudio detallado del suelo. Este informe proporciona datos importantes sobre la composición del suelo, la situación de las aguas subterráneas, la identificación de la contaminación del suelo, el drenaje y la planificación del drenaje, así como posibles riesgos geológicos como peligros de asentamiento, desprendimientos de tierra o cavidades existentes.
Excavación
Medidas de seguridad:
La excavación de una obra es mucho más difícil de lo que parece a primera vista. Durante la excavación, deben respetarse todas las normas de seguridad para garantizar la estabilidad de la excavación y minimizar el riesgo de derrumbe.
Sistemas de drenaje: Durante la excavación deben instalarse sistemas de drenaje temporales, si es necesario, para evitar que entre agua en la excavación. Esto incluye sistemas de drenaje y sistemas de bombas.
Construcción del forjado
La construcción de un forjado requiere una planificación cuidadosa y una ejecución precisa para crear una base estable y duradera para el edificio. Cada capa tiene su propia función específica y previene los daños causados por la humedad y aumenta la eficiencia energética. Los forjados son de hormigón armado.
Preparación del terreno:
El terreno bajo el forjado debe prepararse cuidadosamente. Esto incluye compactar el sustrato y aplicar una capa de filtro de grava. De este modo se evita que la humedad se acumule bajo el forjado.
Refuerzo:
El refuerzo con acero estructural en el forjado desempeña un papel decisivo en la construcción de viviendas. Se introduce en el hormigón líquido durante el proceso de hormigonado y aumenta su estabilidad una vez endurecido. (Este proceso se denomina «monización» o «refuerzo», en honor a su inventor, el francés Joseph Monier, que marcó el hito del hormigón armado).
Hormigonado del forjado: Al verter el forjado, hay que asegurarse de que el hormigón esté uniformemente distribuido y compactado. Deben evitarse las burbujas de aire y las cavidades, ya que pueden afectar a la estabilidad.
Tratamiento posterior del hormigón:
Después de verter el hormigón, el forjado necesita tiempo suficiente para endurecerse. Durante esta fase, hay que proteger el hormigón para que no se seque demasiado rápido y evitar así la aparición de grietas. Una práctica habitual para evitarlo es el riego o el recubrimiento con líquido. En ambos casos, esto garantiza una hidratación óptima.
Juntas y juntas de dilatación:
Para evitar grietas por tensión, puede ser necesario prever juntas de dilatación.
Otras medidas de protección
Barrera horizontal contra la humedad:
Se coloca bajo la mampostería en forma de lámina bituminosa o de PE. Esta barrera impide que la humedad del suelo penetre en los muros.
Sistema de drenaje:
Un sistema de drenaje permanente alrededor del edificio es esencial para mantener el agua alejada de los cimientos. Las tuberías de drenaje se recubren con una capa de grava y se cubren con un velo filtrante.
Conclusión
Excavar un foso y construir el forjado son procesos complejos que requieren una planificación cuidadosa y una ejecución precisa. Es especialmente importante tener en cuenta el drenaje y la impermeabilización para evitar problemas de humedad. Con las medidas y los materiales adecuados, se puede crear la base de una casa permanentemente seca y estable.